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La diáspora académica vasca, más cerca

La Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea ha sentado las bases para estrechar los lazos de colaboración entre docentes e investigadores, de ascendencia vasca o vinculadas con el País Vasco, con el fin de crear una red internacional que se beneficie de ese potencial compartido y común. Y, para acometer esa tarea, se celebró el 12 de julio en Donostia-San Sebastián, aprovechando la ocasión en el que la ciudad ha sido declarada este año Capital Europea de la Cultura, un primer encuentro internacional en el que han participado personas académicas e investigadoras de reconocida trayectoria profesional. El simposio contó con la presencia del rector de la UPV/EHU Iñaki Goirizelaia y la vicerrectora de Estudios de Posgrado y Relaciones Internacionales Nekane Balluerka como representantes institucionales. El encuentro fue coordinado por de María José Olaziregi, directora para la Promoción y Difusión del Euskera en el Instituto Vasco Etxepare.

El primer ponente, William Douglass, antropólogo y primer director del  Centro de Estudios Vascos de la Universidad de Nevada, ha subrayado la idea de que existen muchas diásporas vascas, no solo una única, lo que conlleva, a la hora de crear la red futura, a tener en cuenta la diversidad y la variedad de los participantes potenciales de la misma. Douglass ha mencionado la necesidad de tener cautela acerca de la carga emocional que podría estropear el trabajo científico respecto a la diáspora. Para que esto no ocurra aboga por narrar las historias, no inventarlas. También ha subrayado el hecho de que las personas académicas vascas no trabajan únicamente en el área de los estudios vascos y ha subrayado la relevancia de ser inclusivos al respecto. Los datos pueden ser, en opinión de este orador, importantes en este ámbito.

Stephen Ansolabehere, profesor de Ciencia Política en la Universidad de Harvard, ha destacado a su vez la importancia de crear conexiones que configuren clústeres diferentes que realmente visualicen los lazos, los eslabones, que existen y, que podrían existir, con el fin de canalizar esta red para que todos los participantes de la misma trabajen todos juntos, así como crear acontecimientos que unan a la diáspora dentro de una comunidad o varias comunidades, en el que muchos grupos diferentes trabajen en un problema similar.

Por otro lado, Juan Uriagereka, investigador del Programa Minimalista de Chomsky y profesor de lingüística en la Universidad de Maryland, ha expresado en su intervención la necesidad de nutrir y cuidar la próxima diáspora, Entre otras ideas, ha destacado que los profesores de EEUU, los cuales disponen de una parte de su calendario laboral libre, puedan establecer vínculos en ese tiempo con instituciones académicas vascas.

Xabier Irujo, codirector del Centro de Estudios Vascos de la Universidad de Nevada, ha centrado su ponencia a su vez en la historia de las diferentes diásporas, sobre todo en Sudamérica. Ha subrayado que los primeros esfuerzos en construir una red se retrotrae al principio del siglo XX y ha mencionado que el exilio vasco atrajo a esa parte del mundo a más de cien personas académicas durante veinte años, destacando así que no es una idea nueva la creación de esta red. Existe para Irujo una sólida base, asentada en los tiempos del exilio vasco que hay que tener en cuenta. Otro dato importante que ha mencionado es que en aquella época eran conscientes de la importancia de la publicación de libros. En este contexto, ha subrayado la relevancia de la editorial EKIN, un elemento decisivo, entre otros, para mantener esta diáspora académica.

Así mismo, Maider Llaguno, profesora de Arquitectura de la Universidad de Columbia, ha destacado el hecho de que para la nueva diáspora el sentido de identidad vasca se intensifica cada vez que lleva más años viviendo fuera de Euskadi. Considera que hay que tener en cuenta esta nueva diáspora que está creciendo en el siglo XXI, que ha sido formada en Euskadi pero que trabaja a lo largo y ancho del mundo. Es necesario, en su opinión, crear un punto de referencia para apoyarles y darles a crecer a nivel profesional mientras se establecen conexiones locales e internacionales para el beneficio del País Vasco desde una perspectiva global.

Por otra parte, Mikel Prieto, director quirúrgico e investigador de la Clínica Mayo, ha subrayado que la diáspora vasca tiene un sentido de identidad muy profundo que hay que aprovechar. En sus palabras, el siglo XXI y su diáspora se interesa por muchas cosas tales como mantener la conexión con la madre patria y colaborar con instituciones académicas, así como en participar en la prosperidad del País Vasco, es decir, en devolver la inversión que el País Vasco hizo con ellos y ellas. También aboga por facilitar un acompañamiento y tutoría de las personas implicadas en los pasos que se vayan a dar para contribuir al relieve de la imagen del País Vasco en todo el mundo. Para Mikel Prieto Euskadi es algo más que gastronomía.

John Bieter, profesor del Departamento de Historia de la Universidad Estatal de Boise, y John Ysursa, responsable del Programa de Estudios Fundacionales y Colaboración Global Vasca de la Universidad Estatal de Boise, han expresado la idea de que se está volviendo al futuro. Afirman que algunos de los primeros vascos en el exilio estaban enraizados en su identidad y construyeron redes pero también fueron capaces de ir mucho más allá. Como ejemplo de ello han mencionado la publicación BOGA, que podría convertirse en un canal para visualizar la colaboración de la diáspora vasca. También han comentado la necesidad de realizar un cambio de paradigma para inaugurar una serie de titulaciones o grados nuevos como los estudios globales o urbanos. Su idea es la de utilizar la redes existentes y crear un portal compartido online que ofrezca también la posibilidad de cursar grados online. Otra de las propuestas de estos oradores ha sido la creación del Día de la Diáspora Vasca.

Se respiró un ambiente de entusiasmo y compromiso con la iniciativa. Las personas que acudieron, referentes internacionales en sus disciplinas, enorgullecen a la comunidad universitaria del patrimonio intelectual y académico compartido. Son las personas, al fin y al cabo quienes establecen estos puentes de colaboración, tejiendo el sistema nervioso de conexiones necesario para el éxito de este gran proyecto. La jornada finalizó con unas sentidas palabras de María José Olaziregi, directora para la Promoción y Difusión del Euskera en el Instituto Vasco Etxepare: “el tiempo es ahora y la oportunidad es grande. Por lo tanto, vamos a hacer que ocurra”.

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